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Actualizado: 01-Octubre-2024

Leyenda Chucho el Roto

Leyenda del Estado de Querétaro

Cuenta la leyenda que "Chucho el Roto" nació en Santa Ana Chiautempan, Tlaxcala, lugar que se encuentra casi en la sombra de uno de los picos más altos de México, La Malinche.

Su nombre original era Jesús Arriaga y desde muy pequeño fue diferente del resto de sus compañeros y amigos, ya que le gustaba imitar los acentos de los diversos dialectos de los indios que llegaban al mercado y los aprendía para hablar con ellos.

También se dice que cuando los circos venían al pueblo, Jesús estaba más que feliz ya que con su talento de imitar voces hacía muñecos y practicaba ventriloquia con lo cual divertía a la gente del mercado; además, se ganaba la confianza de los magos y aprendía sus trucos, con lo cual descubrió la facilidad para robar.

Era fácil tomar pequeñas cosas que no valían mucho y sobre todo le gustaba la emoción del acto y la sensación de lograrlo sin que lo descubrieran.

Leyenda Chucho el Roto

Según se cuenta, la familia de Chucho no tenía mucho dinero, pero en esos días, había mucha gente que era menos afortunada todavía y fue así como Chucho empezó a regalar lo que robaba a los muy pobres para poder ayudarlos a sufrir menos en la vida.

Cuando los franceses ocuparon a México durante los años de 1862-1867, Jesús frecuentemente hacía trabajos sencillos a los soldados, como cargar las maletas o ir a buscar cosas en el mercado, a la vez que iba adquiriendo un conocimiento excelente de la lengua francesa.

El 16 de Septiembre de 1869, Benito Juárez inauguró la sección de la Línea Nacional del Ferrocarril de México-Apizaco-Puebla, con la cual se trasladó a la Ciudad de México y fue ahí donde conoció a una joven de nombre Matilde, la cual quedó fascinada con él y por lo cual, lo invitó a una fiesta "de gala" prestándole ropa de su tío y haciéndose pasar por un caballero elegante.

Según se dice que en uno de esos bailes asistió el Presidente Porfirio Díaz y cuando Chucho y Matilde fueron presentados al Presidente, Chucho le robó su reloj de bolsillo. Más tarde, cuando Chucho le pidió la hora a Don Porfirio, buscó el reloj y con asombro comentó "parece que alguien ha robado mi reloj", Matilde los excusó rápidamente de la fiesta y salieron riéndose de ahí.

Al enterarse el tío de Matilde de su relación, le inventó falsos cargos a Chucho por lo cual fue detenido y encarcelado en la prisión de Belem; dónde, gracias a su empeño y maestría en voces y disfraces pudo escapar de ahí dando origen a su trayectoria delictiva al empezar a robar para vivir.

En el año de 1885, después de que varios años de robar del rico y dar a los pobres, finalmente fue capturado y enviado está vez a la cárcel de San Juan de Ulúa, que era entonces una isla frente al Puerto de Veracruz, lugar de donde nunca se había escapado nadie, pero con la ayuda de un compañero de celda, Chucho el Roto logró un escape atrevido ocultándose en una "cuba" (tambo que se utilizaba para la disposición de las aguas negras de la cárcel) y más tarde, un barco lo llevó lejos de ahí.

Nueve años más tarde fue capturado cerca de las cumbres de maltrata, fue herido en una pierna y arrastrado cruelmente por la plaza de la fortaleza y lanzado a una celda solitaria donde enfermó gravemente y por lo cual lo enviaron al hospital de San Sebastián en la Ciudad de Veracruz, donde tendría mejor atención médica y donde tendría la posibilidad de volver a ver a Matilde, su hija Dolores y su hermana Guadalupe.

Se dice que lo cuidaron durante sus últimos días de vida y según las madres religiosas que eran las enfermeras en el hospital, Jesús Arriaga; alias Chucho el Roto, falleció el 25 de marzo de 1894, fecha que constan en el Acta de Defunción del Registro Civil en Veracruz, su cuerpo fue trasladado a la Ciudad de México para ser sepultado.

Pero la historia no termina aquí, ya que según se cuenta que durante la revolución mexicana de 1910, unos grupos de bandidos entraron en los cementerios de la Ciudad de México a profanar y robar las tumbas, y al abrir la de Chucho el Roto, solo encontraron un ataúd lleno de piedras.

¿Será posible que Chucho el Roto no muriera y arregló su muerte para escapar?

¿Siendo un maestro del disfraz y de idiomas extranjeros habría podido ser el conde austriaco que navego de Veracruz con su querida Matilde?

Ver: Otras Leyendas de Querétaro

Fuente:


El Curso de mi Historia

Publicado: 01-Mayo-2018